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  • Las diferencias clínicas según el sexo pueden retrasar el diagnóstico y modificar la respuesta al tratamiento de las enfermedades reumáticas

La Sociedad Española de Reumatología, a través de su Observatorio de Igualdad, organiza un webinar sobre perspectiva de género en las enfermedades reumáticas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha resaltado recientemente la importancia de los determinantes sociales en la distribución de enfermedades, incluidas las reumáticas. Entre ellos, subraya el impacto del género como un factor clave en la salud. Para comprender mejor su impacto en las enfermedades reumáticas, desde el Observatorio de Igualdad de la Sociedad Española de Reumatología se llevó a cabo un webinar “Perspectiva de género en las enfermedades reumáticas: una realidad”, enmarcado en el Día Mundial de la Mujer, en el que participaron las Dras. Rosario García de Vicuña, Elena Aurrecoechea, Blanca Hernández, junto con el Dr. Javier Rivera. Durante la sesión, se abordaron las diferencias de prevalencia de las enfermedades reumáticas en función del sexo (biología) y del género (factores sociales, roles y conducta) y cómo estos aspectos afectan a la hora del diagnóstico y tratamiento.

Según los datos del Informe de evaluación de la Estrategia de Enfermedades Reumáticas y Musculoesqueléticas, publicado en 2021, que analiza las diferencias de género en diferentes patologías como la osteoporosis, la artrosis, los síndromes lumbares y cervicales, la fibromialgia y la artritis reumatoide, rebela que, en todas estas enfermedades, las mujeres presentan una mayor prevalencia y la diferencia aumenta con la edad. No obstante, a pesar de esta mayor prevalencia, se reconoce más discapacidad en los hombres. De hecho, las discapacidades derivadas de enfermedades reumáticas representan casi un 30% del total de discapacidades en el Sistema Nacional de Salud.

Por otro lado, las enfermedades inflamatorias y autoinmunes sistémicas también presentan diferencias de prevalencia según el sexo. Según la Dra. Blanca Hernández, reumatóloga del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla, “las enfermedades inmunomediadas se originan por alteraciones en el sistema inmune, y las diferencias genéticas entre hombres y mujeres juegan un papel fundamental en su desarrollo. Es por eso que las mujeres tienen un sistema inmune más reactivo y más propenso a enfermedades del sistema inmune como la enfermedad tiroidea autoinmune, el lupus eritematoso, la esclerodermia…”.

Diagnóstico en las enfermedades reumáticas

En cuanto al diagnóstico y sintomatología, el Dr. Javier Rivera, reumatólogo que trabaja en la práctica privada y perteneciente al Instituto Nacional del Dolor, matiza que “la diferencia biológica que existe entre hombres y mujeres condiciona sin duda alguna la presencia de síntomas. En las mujeres, estos tienden a ser más numerosos, más intensos, de mayor duración y con una mayor predisposición a la cronificación. En este contexto, el dolor se convierte en uno de los síntomas más relevantes, y diversos estudios han evidenciado diferencias en la sensibilidad al dolor, en la forma en que se afronta y en determinados marcadores biológicos que varían según el sexo”.

En este mismo sentido, la Dra. Rosario García de Vicuña, reumatóloga del Hospital Universitario de La Princesa (Madrid), opina que “estos sesgos de género pueden generar otro tipo de consecuencias a la hora de establecer el diagnóstico, llevando a posibles retrasos y dificultando el manejo de la enfermedad. No se pueden tener las mismas recomendaciones, las mismas guías y el mismo libro para hombres y mujeres a la hora de tratar estas patologías”.

Un claro ejemplo de esto es la gota, “cuyos criterios diagnósticos se asocian con un perfil muy concreto: un varón de mediana edad con inflamación en el dedo gordo del pie. Sin embargo, en las mujeres, la enfermedad suele manifestarse de forma diferente, apareciendo en edades más avanzadas, tras la menopausia, y afectando con mayor frecuencia a las articulaciones de las manos. Además, suele estar relacionada con insuficiencia renal o con el uso de diuréticos”, ejemplifica la Dra. Hernández.

Tratamientos en las enfermedades reumáticas

La falta de estudios específicos sobre las diferencias en la respuesta a tratamientos entre hombres y mujeres también tiene consecuencias importantes.

Históricamente, los ensayos clínicos han tomado como referencia mayoritaria a los hombres, sin considerar las diferencias en farmacocinética y farmacodinámica entre ambos sexos. Esto es crucial, ya que la distribución de la grasa corporal, la masa muscular y otros factores biológicos pueden afectar la eficacia de los tratamientos. En enfermedades como la espondiloartritis axial se ha observado una menor respuesta a terapias biológicas en mujeres en comparación con los hombres.

Además, hay tratamientos ampliamente utilizados en patologías como el lupus y las vasculitis, como el rituximab, en los que también se han identificado diferencias de respuesta dependiendo de quién reciba el medicamento. En este caso, los varones pueden tener una mayor distribución del fármaco y una menor eficacia terapéutica en algunas ocasiones.

Sesgos de género en las guías y recomendaciones clínicas

Durante años, las guías de práctica clínica y las recomendaciones terapéuticas han sido las mismas para hombres y mujeres, sin llegar a contemplar que las enfermedades pueden manifestarse de manera diferente dependiendo del sujeto. “En el ámbito de la Reumatología, cada vez hay más evidencia de que el sexo influye no solo en la presentación clínica de ciertas patologías, sino también en la manera en que se diagnostican y tratan”, indica el Dr. Javier Rivera.

Un claro ejemplo de esta falta de equidad se observa en la osteoporosis, mientras que su diagnóstico y tratamiento están bien establecidos en mujeres, en los hombres a menudo se detecta cuando ya se han producido fracturas graves, como la de cadera.

“Afortunadamente, en los últimos años se está avanzando en la inclusión de criterios de diferenciación por sexo en los ensayos clínicos y en la revisión de guías clínicas con perspectiva de género para lograr una medicina más equitativa y eficaz”, destaca la Dra. Elena Aurrecoechea, reumatóloga del Hospital Sierrallana.

Con una mayor sensibilidad hacia el impacto de las diferencias biológicas en las enfermedades reumáticas, los especialistas pueden mejorar la identificación temprana de síntomas y ajustar los tratamientos para optimizar la atención y el abordaje en todos los pacientes.