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  • Una persona obesa tiene entre 2 y 4 veces más posibilidades de tener artrosis de rodilla

Los días 28 y 29 de noviembre se ha celebrado en Madrid el ‘V Curso SER de Artrosis’, con la colaboración de Grünenthal.

La artrosis es una enfermedad reumática muy frecuente. Se estima su prevalencia en torno al 29,35% en mayores de 40 años, lo que supone una afectación superior a los 7 millones de personas en España y a más de 600 millones de personas en el mundo.  Además, se considera una de las principales causas de dolor crónico y discapacidad que se prevé aumentará de forma considerable en las próximas décadas debido al envejecimiento de la población y a la epidemia de obesidad. “Este último factor influye en gran medida, ya que se ha demostrado que el riesgo de sufrir artrosis en personas obesas puede aumentar entre 2 y 4 veces, especialmente artrosis de rodilla y cadera. Esto se debe tanto al mayor desgaste mecánico sobre las articulaciones que soportan carga como al efecto inflamatorio del tejido graso. Asimismo, este incremento también se ve en adultos jóvenes e incluso en adolescentes con obesidad, puesto que la combinación de sobrecarga e inflamación puede acelerar el desgaste articular desde edades tempranas”, según ha advertido el Dr. Cristóbal Orellana, reumatólogo del Hospital Universitari Parc Taulí (Sabadell, Barcelona).

En el marco del ‘V Curso de Artrosis de la Sociedad Española de Reumatología’, que se ha celebrado con la colaboración de Grünenthal, el especialista también ha afirmado que “el sobrepeso y la obesidad pueden influir en la eficacia de los tratamientos para la artrosis. Cuando hay un exceso de peso tratamientos como analgésicos, fisioterapia o infiltraciones pueden ofrecer alivio solo parcial o durante menos tiempo. Además, la inflamación asociada al tejido graso puede reducir la respuesta del organismo a algunos tratamientos haciendo más difícil controlar el dolor y la progresión de la enfermedad”.

Por otro lado, las personas con obesidad suelen obtener mejores resultados cuando combinan los tratamientos habituales con la pérdida de peso, ya que esto disminuye la sobrecarga y mejora la respuesta a la rehabilitación. “Aunque la artrosis ya establecida no desaparece, perder peso es una de las intervenciones más efectivas para evitar que avance y para recuperar parte de la función perdida”, ha destacado el Dr. Orellana.

Avances y perspectivas de futuro

En los últimos años la artrosis ha dejado de verse solo como “desgaste por la edad” para entenderse como una enfermedad compleja, en la que participan inflamación de bajo grado, cambios metabólicos, factores mecánicos y genéticos. En este sentido, el prof. Francisco J. Blanco, de la Universidad de A Coruña y uno de los coordinadores del curso, ha indicado que “ha habido avances en el conocimiento de los mecanismos del dolor; así como en los distintos fenotipos: artrosis relacionada con obesidad y síndrome metabólico, post-traumática, inflamatoria, rápida y agresiva, etc., lo cual ayuda a personalizar el tratamiento y la prevención”.

En cuanto al diagnóstico “se están investigando biomarcadores en sangre y en líquido sinovial que podrían ayudar en el futuro a identificar a las personas con riesgo de artrosis rápida o más agresiva, y a monitorizar la respuesta al tratamiento”, ha precisado, mencionando también avances “en el uso más racional y seguro de antiinflamatorios, en mejores protocolos para las infiltraciones intraarticulares (corticoides, ácido hialurónico, etc.), con criterios más claros de indicación; así como en la exploración de terapias como plasma rico en plaquetas o células mesenquimales, aunque su papel real todavía está en evaluación y no son una solución universal”.

También el Dr. Blanco hizo referencia a la evidencia que respalda el papel del ejercicio terapéutico bien pautado (fuerza, aeróbico y propiocepción) y la pérdida de peso en artrosis de rodilla y cadera. A su juicio, “no son complementos: son el pilar del tratamiento. Los programas combinados de educación, ejercicio y autocuidados, a menudo en formato presencial o digital, han demostrado mejorar dolor, función y calidad de vida”. Además, -ha añadido- es importante luchar contra la desinformación y los falsos mitos relacionados con esta patología y hacer hincapié en los peligros de los tratamientos “milagro”, sin base científica, que generan falsas expectativas y gasto innecesario.

Sobre el V Curso SER de Artrosis

Por su parte, el Dr. Joan Calvet, reumatólogo del Hospital Universitari Parc Taulí y también coordinador de este encuentro formativo, ha destacado “la importancia de este curso en el que se han actualizado temas de gran importancia con una alta calidad científica y fomentando el debate”. Además, ha habido una mesa muy interesante con la presentación de los abstracts que los investigadores españoles presentaron en el World Congress on Osteoarthritis (OARSI) 2025.

En esta quinta edición del curso, el programa ha estado orientado a temas como el papel de la imagen en la artrosis a través de técnicas que permiten detectar cambios sutiles en el cartílago, el hueso subcondral y la membrana sinovial antes de que aparezcan daños claros en la radiografía; la cirugía conservadora de mano y rodilla, y nuevos avances en investigación, entre otras cuestiones.  “La Medicina personalizada también ha tenido su protagonismo. En este sentido, el futuro pasa por identificar subgrupos de pacientes (“fenotipos y endofenotipos”) según factores clínicos, imagen, genética y biomarcadores, para ofrecer tratamientos personalizados y no tratar igual a una persona joven con artrosis post-traumática que a una persona mayor con obesidad, diabetes y artrosis poliarticular. Esto permitirá ensayos clínicos mejor diseñados y aumentar la probabilidad de que un fármaco funcione en el grupo de pacientes adecuado”, ha concluido el experto.