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  • Cuidar la piel para cuidar mejor: taller pionero para Enfermería en enfermedades autoinmunes

La Fundación Española de Reumatología ha organizado, con la colaboración de Clarins, un taller de cuidado de la piel para profesionales de Enfermería.

Las enfermedades reumáticas autoinmunes sistémicas suelen producir lesiones en la piel de forma muy frecuente. En ocasiones, “estas manifestaciones pueden coincidir con el inicio de la patología, siendo un signo clave en la detección, e incluso pueden preceder a un brote de la afección, por lo que hay que estar alerta. Además, estos signos cutáneos pueden ser muy heterogéneos y variar a lo largo de la evolución de la enfermedad”, según ha destacado la Dra. Leticia del Olmo, reumatóloga del Hospital Universitario de Toledo.

En este sentido, y con el objetivo de mejorar el conocimiento de los profesionales de Enfermería en este ámbito, dado su papel de formadores de pacientes, desde la Fundación Española de Reumatología -y con la colaboración de Clarins- hemos puesto en marcha el primer taller de cuidado de la piel para enfermeras/os, que “ha tenido muy buena acogida”. En opinión de la especialista, “esta actividad es muy beneficiosa porque va a repercutir en la mejora del cuidado de la piel de pacientes con enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico, esclerodermia, artritis psoriásica, síndrome antifosfolípido, dermatomiositis y vasculitis, entre otras”.

Este tipo de manifestaciones -precisa la Dra. Del Olmo- “provocan un impacto negativo en el bienestar físico, emocional y psicosocial de los pacientes, pudiendo mermar su calidad de vida. Por ello, es importante, además de hacer un buen diagnóstico diferencial y tratamiento dirigido, tener tiempo para investigar con los pacientes cómo esta afectación les está impactando en su vida diaria y poder ofrecerles consejos para su mejora, como los que aprendemos, de la mano de los formadores de Clarins, en este taller”.

Las manifestaciones cutáneas que se observan en pacientes con enfermedades reumáticas son muy variadas como por ejemplo: “rash” cutáneos no pruriginosos, lesiones urticariformes, lesiones fotosensibles (eritema en alas de mariposa), placas descamativas (psoriasis), nódulos subcutáneos (eritema nodoso o nódulos reumatoides), lesiones eritematosas puntiformes (petequias), pérdida de cabello (alopecia), picor en la piel (prurito), piel seca (xerosis), endurecimiento de la piel de los dedos (esclerodactilia), cambio de coloración de las manos con el frío (Raynaud), úlceras en cavidad oral o genitales (aftas), entre otras.

Valor del papel de la Enfermería

Durante el 51º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Reumatología, celebrado recientemente en Madrid, Mª Ángeles Arjones, enfermera de la Sección de Dermatología del Hospital Universitario de Jerez de la Frontera, insistió también en el papel y valor que aportan los profesionales de Enfermería en las Unidades de Reumatología y en la detección de algunas enfermedades. “Es fundamental observar la piel para que, ante cualquier lesión que detecten o síntoma extraño se comunique al equipo multidisciplinar. Además, las lesiones cutáneas pueden dar información sobre la evolución de la patología”.

Respecto al cuidado de la piel, al igual que los especialistas de Clarins, los resume en tres pilares importantes: una higiene adecuada y observación de la piel, hidratación diaria para mejorar la elasticidad y protección solar (con especial atención a los tratamientos fotosensibles). “Estos cuidados permiten mejorar la piel y permiten detectar lesiones y reacciones; así como prevenir daños secundarios”, apunta Arjones.

“El abordaje debe de ser holístico para ello necesitamos enfermeras formadas, con competencias avanzadas para poder atender la complejidad y la cronicidad de los pacientes, en especial, en aquellos con enfermedades inmunomediadas”, concluye destacando también la labor formativa que realizan con los pacientes.

Asimismo, las profesionales que han participado en el taller coinciden en el impacto que tiene en las pacientes los cambios físicos que suceden en muchas de las enfermedades reumáticas. “Los especialistas nos fijamos en que no existan daños en órganos o sistemas importantes y a veces no reparamos en que a las pacientes, en su día a día, lo que les ‘duele’ es no reconocerse frente al espejo por los daños físicos que producen estas enfermedades, en la piel y cómo condicionan sus actividades, por ejemplo, cuando tienen que tener extremo cuidado con la fotoprotección”, recuerda la Dra. Leticia del Olmo.

En España se estima que 1 de cada 4 personas mayores de 20 años padecen alguna de las más de 200 enfermedades reumáticas. Estas tienen mayor prevalencia en mujeres y la mayoría debutan en edad joven, entre los 25 y los 35 años, coincidiendo con un periodo vital en el que se plantean numerosos retos personales y profesionales.