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  • Los pacientes reumáticos podrían tener algo más de riesgo de acabar hospitalizados por la COVID-19

Durante la última sesión del ciclo de webinars de la Sociedad Española de Reumatología sobre la COVID-19 se habló sobre la especialidad.

Todavía se desconoce el riesgo de desarrollar la infección en pacientes reumáticos tras la exposición al virus SARS CoV-2, particularmente de las formas leves. En este ámbito, el riesgo mejor estudiado es el de desarrollar una enfermedad suficientemente importante como para precisar atención en el hospital. “La proporción de pacientes reumáticos afectados que precisan ir al hospital varía en diferentes áreas. En España la proporción de estos casos hospitalarios oscila entre el 0,3% en Galicia y el 1,2% en Madrid, y comparado con el riesgo en las mismas poblaciones de referencia supone un aumento significativo, de 1,3 veces del riesgo, de acuerdo a un estudio multicéntrico realizado por los grupos de la red de investigación en inflamación y enfermedades reumáticas (RIER)”, según puso de manifiesto el Dr. José Luis Pablos, jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, durante el último seminario del ciclo de webinars de la Sociedad Española de Reumatología (SER) sobre la COVID-19.

No obstante, el especialista hizo hincapié en las diferencias registradas también en los distintos países, ya que, por ejemplo, en estudios en hospitales del norte de Italia (Brescia) es de un 4% o en Boston (EE.UU.) del 2,2%, aunque no existen datos comparativos con la población no reumática de esos mismos hospitales.

En este sentido, el Dr. Pablos señaló que “este aumento del riesgo se refiere a determinadas enfermedades reumáticas, no a todas. Es prácticamente indetectable en las artritis crónicas (artritis reumatoide o psoriásica), mientras que es en las enfermedades autoinmunes sistémicas donde se ve un mayor riesgo, que se multiplica por 2-3 veces frente al de la población control. En pacientes reumáticos parece incrementarse también por la edad avanzada de una manera similar a la de la población normal”. Además, padecer una enfermedad autoinmune es un factor que se asocia con un mayor riesgo de tener una peor evolución una vez ingresado en el hospital, con más complicaciones graves que los pacientes sin estas enfermedades, de acuerdo al estudio de la RIER.

En opinión del Dr. Pablos, el posible papel de las terapias previas que se usan en las artritis crónicas o en las enfermedades autoinmunes no está completamente establecido, y entre las terapias que pueden aumentar el riesgo están los corticoides, aunque su uso no puede ser generalmente interrumpido. Otros fármacos como los FAME (metotrexate o leflunomida) no han mostrado efectos de ningún signo, y el posible papel positivo o negativo de las terapias biológicas no ha sido completamente establecido, aunque en la mayoría de los estudios no aumentan el riesgo. Por tanto, “las recomendaciones sobre todos estos fármacos son las de mantenerlos y no modificarlos por causa de esta pandemia salvo indicación del reumatólogo”, insistió el experto.

Respecto a las recomendaciones generales, indicó el especialista, deben ir en la dirección de extremar las medidas de prevención conocidas, o de futuras medidas como la vacunación, particularmente en estos pacientes con enfermedades sistémicas autoinmunes, sobre todo si suman otros factores de riesgo, siendo los más importantes: la edad (mayor de 60 años) y el sexo masculino.

Posicionamiento de la SER

Por su parte, el Dr. Jose María Álvaro-Gracia, presidente de la Sociedad Española de Reumatología (SER), revisó la literatura científica sobre pacientes con enfermedades reumáticas y COVID19, incluidas las de la experiencia española en BIOBADASER con terapias biológicas y dirigidas y presentó las recomendaciones realizadas desde esta sociedad científica para el manejo de pacientes reumáticos en tiempos de la COVID-19. En concreto, aseguró que “se incluyen unas recomendaciones a nivel asistencial que, entre otros aspectos, apuestan por potenciar la actividad de la consulta telemática y, por otra parte, también hay indicaciones específicas sobre la seguridad de los profesionales sanitarios (equipos de protección, etcétera)”.

Además, se recogen recomendaciones sobre los pacientes en las consultas externas tanto en la entrada del paciente, como durante la consulta en la cual se aconseja realizar solo la exploración a aquellos pacientes que lo requieran y se insiste en la limpieza y desinfección de los materiales. En casos de hospitalización, se recomienda realizar todas las exploraciones complementarias que sea posible de forma ambulatoria, evitando así el ingreso prolongado del paciente; así como favorecer el alta precoz y la hospitalización domiciliaria. Respecto a los procedimientos y técnicas diagnósticas/terapéuticas, se debería valorar de forma individualizada ampliar el intervalo de los estudios analíticos en aquellos pacientes estables sin alteraciones analíticas previas y se debería evitar la prescripción de exploraciones complementarias que no sean imprescindibles.

“En este documento también se aborda el tema de los tratamientos en pacientes no infectados por SARS CoV-2 destacando que en estos casos deben mantenerse los tratamientos con inmunosupresores, biológicos u otras terapias dirigidas”, precisó el Dr. Álvaro-Gracia.

Otros temas

En el encuentro, el Dr. Iain B. McInnes, de la Universidad de Glasgow (UK), presentó una visión de futuro y cómo la pandemia puede cambiar la actividad de los reumatólogos a través de consultas virtuales, medidas de distanciamiento aplicadas a las consultas, y también insistió en la importancia del manejo de comorbilidades.  Para finalizar, el Dr. Pedro Alonso, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hizo un recordatorio de diferentes pandemias a lo largo de los últimos siglos y recordó que “muy probablemente esta no será la última”.