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  • La afectación renal es una de las más frecuentes y grave en los pacientes con lupus

Los días 29 y 10 se ha celebrado el IX Curso de LES y SAF,  organizado por la SER, gracias a la colaboración de GSK

El riñón es uno de los principales órganos que se ve damnificado por el lupus. “La nefritis lúpica (NL) afecta al 30-50% de los pacientes con LES, sobre todo en los primeros cinco años de evolución de la enfermedad. Es la principal causa de morbilidad y mortalidad en estos pacientes”, ha asegurado la Dra. María Galindo, reumatóloga en el Hospital 12 de Octubre de Madrid, durante el IX Curso de LES y SAF organizado por la Sociedad Española de Reumatología, con la colaboración de GSK.

Los factores relacionados con un aumento del riesgo de que un paciente con lupus desarrolle nefritis lúpica son diversos. Por ejemplo, el tipo de etnia, la edad, el sexo o factores genéticos. “Otro factor fundamental en el pronóstico de la NL es realizar un diagnóstico y tratamiento precoz. En los pacientes en los que la NL no coincide con el debut de la enfermedad, se ha descrito que el tratamiento con antipalúdicos puede retrasar el desarrollo de la misma, así como su gravedad”, ha puntualizado la Dra. Galindo.

La reumatóloga ha insistido mucho en la necesidad de “un diagnóstico precoz para poder actuar de forma rápida”, ya que la afectación renal es una de las más frecuentes y graves en los pacientes con LES. En este punto la Dra. Galindo ha incidido en que se debe tener muy presente que la nefritis lúpica “requiere de un manejo estrecho, que mejora con la valoración multidisciplinar con el especialista en Nefrología, y que en ocasiones va a precisar un tratamiento inmunosupresor prolongado en el tiempo, si no indefinido, para evitar recaídas que favorezcan el desarrollo de una insuficiencia renal crónica”.

Una vez diagnosticada la afectación renal, “es fundamental instaurar un tratamiento precoz inmunosupresor acompañado de terapia adyuvante para control de hipertensión arterial, prevención de comorbilidades como sobrepeso, osteoporosis o infecciones. En este sentido, la adherencia por parte del paciente al tratamiento, y a estas medidas preventivas, será esencial para reducir el daño crónico renal”, ha señalado la Dra. Galindo.

Según la especialista, la elección del inmunosupresor se realiza de forma individualizada, teniendo en cuenta edad y etnia del paciente, gravedad de la afectación renal o la presencia concomitante de otras manifestaciones graves de la enfermedad.

Algunos pacientes que presentan nefritis lúpica pueden llegar a necesitar un trasplante de riñón. De nuevo aquí juega un papel muy importante el diagnóstico precoz, ya que, tal y como ha recordado la reumatóloga, “dos tercios de los pacientes que son tratados de forma rápida y con un protocolo de actuación ajustado a la gravedad de su afectación renal y de su enfermedad presentan una buena respuesta al tratamiento”.

De acuerdo con los resultados del registro de lupus RELESSER, realizado por la Sociedad Española de Reumatología, un 10% de los pacientes alcanzan la situación de enfermedad renal crónica avanzada y, de estos, un 45% necesitaron un trasplante renal, “aunque la frecuencia de estos casos ha ido disminuyendo a lo largo de los años, probablemente en relación con la introducción de nuevos fármacos para los casos más graves y un mejor conocimiento de la enfermedad”, ha aclarado la Dra. Galindo.

IX Curso de Lupus Eritematoso Sistémico (LES) y Síndrome Antifosfolipídico (SAF)

Comprometida con la formación continuada de los especialistas, la Sociedad Española de Reumatología (SER) ha realizado por noveno año consecutivo el Curso de LES y SAF. Un encuentro formativo que, tal y como ha manifestado el Dr. Antonio Fernández Nebro, co-coordinador del curso y reumatólogo en el Hospital Regional Universitario de Málaga, “pretende mejorar o actualizar la formación de los reumatólogos más jóvenes en los puntos calientes relacionados con el lupus eritematoso sistémico y el síndrome antifosfolípidico desde una óptica fundamentalmente práctica”.

Los temas que se tratan en este curso en el que, dada la gran demanda por parte de los especialistas, cada año se aumenta el número de plazas, son muy diversos. Abarcan desde la patogenia a la terapia, pasando por la clínica y el diagnóstico de estas enfermedades.

“En el apartado diagnóstico se repasan los principales puntos relacionados con el diagnóstico y la clasificación basado en las recomendaciones internacionales actualmente vigentes y el manejo práctico de los autoanticuerpos y de las manifestaciones clínicas fuera del sistema musculoesquelético y normalmente son abordados por otros especialistas como oftalmólogos, dermatólogos o neuroradiólogos. La otra área más destacable es la terapéutica, que este año aborda el uso de los inmunosupresores químicos y de las terapias biológicas, sobre todo”, ha explicado el Dr. Fernández Nebro, quien no ha querido perder la ocasión para recordar la “fuerte presión asistencial a la que se ven sometidos los reumatólogos en España”, ya que las enfermedades reumáticas afectan al 25 % de la población española.