XI.D.4. Indicación de tratamiento reductor de la uricemia y monitorización

Recomendación 52: Se recomienda iniciar tratamiento reductor de la uricemia farmacológico en pacientes que no han conseguido el objetivo terapéutico de uricemia (< 6 mg/dL) con medidas higiénico dietéticas (NE 5; GR D; GA85%).

Como hemos comentado previamente, una vez diagnosticada la enfermedad, se debe instaurar medidas encaminadas a alcanzar el objetivo terapéutico, que es la “curación” de la gota, objetivo que se alcanzará mediante la disolución y desaparición de los depósitos de UMS, que se consigue con la reducción de la uricemia sérica por debajo de unos niveles determinados, de menos de 6 mg/dL. La primera opción es la instauración de medidas higiénico dietéticas (si aplican). Cuando no se ha alcanzado el objetivo terapéutico con estas medidas higiénico dietéticas en un plazo de 3-6 meses, debe instaurarse además, tratamiento reductor de la uricemia farmacológico. Esto no implica ni mucho menos que no se deban seguir estas medidas no farmacológicas pautadas previamente.

Recomendación 53: Debe prescribirse siempre, salvo contraindicación, tratamiento para la prevención de los episodios agudos de inflamación, al menos durante los primeros 6 meses de tratamiento reductor de la uricemia (NE 2b; GR B; GA 100%).

Por otro lado, al iniciar un tratamiento reductor de la uricemia, hay que considerar que su instauración puede ser un factor desencadenante de episodios agudos de inflamación (397). Por ello se recomienda no iniciarlo durante un ataque sino esperar a que este se haya resuelto. Además, el inicio de tratamiento reductor de la uricemia debe ir acompañado de tratamiento para prevenir (profilaxis) la aparición de episodios agudos de inflamación intercurrentes, teniendo en cuenta que si el descenso de la uricemia esperado es muy marcado y brusco, el riesgo es especialmente alto, así como de que los ataques puedan ser poliarticulares e intensos.  Junto con la profilaxis, se recomienda prescribir el tratamiento reductor de la uricemia con incrementos escalonados desde dosis bajas hasta conseguir un control adecuado de la uricemia.

Recomendación 54: El tratamiento reductor de la uricemia debe mantenerse a largo plazo para conseguir la completa disolución de los cristales y evitar la recurrencia de la hiperuricemia (NE 5; GR D; GA 100%).

Aunque previamente se ha indicado un mínimo de 6 meses de tratamiento farmacológico cada paciente deberá ser evaluado individualmente para ver si se alcanzado el objetivo terapéutico, y si no se ha alcanzado, el tratamiento farmacológico (si no hay contraindicación) deberá seguirse a largo plazo hasta que se haya alcanzado el objetivo terapéutico.

En este sentido es importante educar al paciente sobre la necesidad de mantener un tratamiento a largo plazo para conseguir los objetivos terapéuticos, ya que la falta de cumplimentación es una causa frecuente de fracaso del tratamiento (359).

Recomendación 55: Se debe realizar una estrecha monitorización tanto en términos de eficacia como de seguridad cuando se utilicen fármacos para el tratamiento de la gota (NE 5; GR D; GA 92%).

Es iguamente importante remarcar que, tal y como se realiza en otros pacientes, hay que monitorizar la respuesta al tratamiento tanto en términos de eficacia (“curación” de la gota) como de seguridad (aparición de acontecimientos adversos).

Recomendación 56: La evaluación de la respuesta al tratamiento hipouricemiante se realizará mediante distintas variables, incluyendo: frecuencia de ataques agudos, uricemia sérica, presencia y número de cristales de UMS en líquido sinovial, y número y magnitud de tofos (NE 5; GR D; GA 91%).