XI.D. TRATAMIENTO REDUCTOR DE LA URICEMIA

Recomendación 48: Los fármacos reductores de la uricemia disponibles (alopurinol, febuxostat y benzobromarona) han mostrado ser altamente eficaces para la consecución del objetivo terapéutico cuando se prescriben en dosis adecuadas (NE 1b; GR A; GA 100%).

Las manifestaciones de la gota se deben a la presencia de cristales de urato en los tejidos. El depósito de cristales de urato es reversible ya que la reducción de la uricemia a niveles inferiores al punto de saturación del urato en plasma consigue disolverlos (363). En ausencia de cristales de urato no hay gota y las recomendaciones EULAR 2006 consideran que ésta es una enfermedad “curable” (149). Así pues, el objetivo principal del tratamiento de la gota consiste en eliminar los cristales reduciendo la uricemia a niveles adecuados de forma persistente y a largo plazo.

El inicio de un tratamiento reductor de la uricemia puede ser un factor desencadenante de ataques de gota (224, 378). Por ello se recomienda no comenzar ningún tratamiento de este tipo durante un ataque, sino esperar hasta después de su resolución. Por otra parte, la instauración de tratamiento reductor debe ir acompañada de profilaxis para la prevención de ataques agudos intercurrentes (véase apartado XI.E.), teniendo en cuenta que si el descenso esperado de la uricemia es muy marcado y brusco, el riesgo es especialmente alto, pudiendo producirse crisis graves y de presentación poliarticular (226). Además de la profilaxis, se recomienda iniciar el tratamiento reductor de la uricemia con dosis bajas e incrementos escalonados, hasta conseguir un control adecuado de la concentración plasmática de urato.

Recomendación 49: El tratamiento reductor de la uricemia farmacológico debe iniciarse desde dosis bajas, escalando si fuera necesario, de forma progresiva hasta alcanzar dosis efectivas para conseguir un nivel de uricemia terapéutica (NE 1b; GR A; GA 100%).

Es importante educar al paciente sobre la importancia de la observancia y la necesidad de mantener el tratamiento a largo plazo para conseguir los objetivos previstos, ya que la falta de cumplimiento es una causa frecuente de fracaso terapéutico (379, 380).

La prescripción de fármacos reductores de la uricemia se debe realizar en dosis adecuadas para conseguir un control óptimo y ajustado al objetivo terapéutico (diana de uricemia), de forma regular y mantenida a largo plazo. Una correcta educación del paciente favorecerá una adecuada cumplimentación, ya que la suspensión del tratamiento se asocia a recidiva de las manifestaciones clínicas (381).

Recomendación 50: Actualmente no se puede recomendar un fármaco reductor de la uricemia por encima de los otros (NE 5; GR D; GA 80%).

Los fármacos aprobados en España para reducir la uricemia en pacientes con gota pueden tener  dos mecanismos de acción diferentes. El primero es la inhibición del enzima XO, una ruta que utilizan el alopurinol y el febuxostat. El segundo es el aumento de la excreción renal de ácido úrico secundaria a inhibición del urato de los transportadores tubulares (el más importante es URAT-1) responsables de la reabsorción renal de urato, porURAT-1lo que aumenta su eliminación por orina y disminuye consiguientemente la uricemia.

Recomendación 51: La selección del fármaco reductor de la uricemia se basará en datos de eficacia, seguridad y experiencia del médico prescriptor, en el perfil clínico del paciente – gravedad de la enfermedad y comorbilidad – y en las indicaciones, recomendaciones y restricciones vigentes en las fichas técnicas (NE 5; GR D; GA 91%).