XI.A.2. Alcohol

El consumo de alcohol incrementa el riesgo de gota y los niveles séricos de urato; el aumento es paralelo  a la cantidad de alcohol  consumida, existiendo diferencias de  riesgo en función del  tipo de bebida. En cualquier caso, debe evitarse el consumo excesivo de cualquier tipo de alcohol. En relación con las diferencias en función del tipo de bebida hay que tener en cuenta que la cerveza se asocia a mayor riesgo de gota y de elevación de los niveles de urato sérico, mientras que el vino no muestra incremento del riesgo tras ajustar por otros factores, ocupando los licores una situación intermedia. Aunque no se recomienda el consumo de vino como parte del tratamiento no farmacológico de la gota, es evidente que su ingesta en cantidades moderadas  –dos copas al día- no está contraindicada, y además tiene un efecto beneficioso demostrado sobre el riesgo cardiovascular.