En la gota las medidas terapéuticas no farmacológicas son tan importantes como el tratamiento farmacológico (149). De hecho, existe evidencia de que el cumplimiento de estas medidas mejora el pronóstico de la enfermedad (351). El tratamiento no farmacológico debe individualizarse en función de los hábitos de vida del paciente, la comorbilidad asociada, el empleo de otros medicamentos, el estado de la enfermedad y los objetivos terapéuticos establecidos a priori (150). Además de discutir con el enfermo el plan terapéutico para favorecer su implicación activa, se evaluará periódicamente su nivel de cumplimiento y se llevarán a cabo las modificaciones y ajustes necesarios para conseguir un seguimiento adecuado y las adaptaciones necesarias a las características cambiantes de la enfermedad (116, 149, 149).
La prevalencia de comorbilidad asociada a enfermedad por cristales de UMS es elevada (43% obesidad, 62% hipertensión y 61% hiperlipemia) (75), lo que subraya la importancia de las medidas relacionadas con una alimentación adecuada, el control del peso, la reducción del consumo de alcohol y tabaco, el ejercicio físico y la educación del paciente (33, 75, 149, 351).