VIII.K. TRASPLANTE RENAL

La incidencia de gota es elevada en este colectivo debido, en primer lugar, a la  ERC de base y los factores de riesgo de hiperuricemia asociados y, en segundo lugar, a que muchos de los inmunosupresores que se utilizan en el tratamiento  se metabolizan a través del citocromo P450, lo que complica la utilización de la colchicina. En estos pacientes se han probado los uricosúricos con  buenos resultados, pero no el febuxostat.

Según los resultados de diversos estudios,  la incidencia de gota en trasplantados renales  oscila entre el 1,7 y el 35%, con una variabilidad aún mayor para la hiperuricemia  (5-84%). A pesar de su elevada frecuencia en  pacientes trasplantados, la incidencia es mucho menor en los que reciben tratamiento inmunosupresor libre de agentes anticalcineurínicos (301), y su historia natural varía respecto a la observada en la población general, ya que la aparición de tofos y  ataques de artritis gotosa es mucho más rápida, tras  un periodo de hiperuricemia, que en la población trasplantada. Además, los  ataques suelen afectar a  articulaciones menos “típicas” (302).  Estas peculiaridades son el resultado de la combinación de diversos grados de insuficiencia renal y de la utilización de diuréticos e inhibidores de la calcineurina como parte del tratamiento inmunosupresor (303-306).