VIII.J.1. Fundamentos

La comprensión de los mecanismos básicos de la diálisis es fundamental para interpretar su influencia en la actitud diagnóstica y terapéutica de muchas patologías, incluida la gota.

La diálisis es un tratamiento de depuración sanguínea que consiste en enfrentar la sangre a un líquido artificial (suero salino con calcio, bicarbonato, cloro y glucosa) libre de los solutos que se quieren depurar (como potasio, fósforo, urato, creatinina, urea, etc.), para generar  un gradiente de concentración que facilite la difusión del soluto del plasma al líquido de diálisis o viceversa. En la mayoría de los casos, la concentración del soluto es menor en el líquido de diálisis que en el plasma, produciéndose la difusión desde el  plasma hacia el líquido.

La indicación habitual de la diálisis es la ERC en estadios muy avanzados (filtrado glomerular menor de 10 ml/min/1,73 m2), en los que el objetivo prioritario consiste en la  depuración de los solutos que no pueden excretarse por vía renal y que en concentraciones excesivas generan riesgo para la vida. Las sustancias a depurar pueden ser de producción endógena (minerales, productos del metabolismo hidrogenado, etc.), o exógena (fármacos). En los casos de ERC avanzada y gota el urato pertenecería al  primer grupo de solutos y los fármacos utilizados en el tratamiento de la gota, como colchicina o alopurinol, al segundo. El grado de depuración logrado mediante diálisis depende de las características físico-químicas de cada molécula.  En general, a menor peso molecular del soluto mayor facilidad de  eliminación mediante diálisis. Por tanto, es preciso tener en cuenta que los  pacientes con gota y tratamiento de diálisis son los que muestran menor grado de depuración renal (ERC grado 5), tanto de urato como de los fármacos empleados en el tratamiento de la gota, aunque pueden tener algún nivel de depuración extrarrenal, que no aparece con niveles menores de ERC.