VI.C.2. Tomografía computarizada y tomografía computarizada de doble energía

Recomendación 6: No se recomienda la realización de radiografía simple, TAC ni RMN para establecer el diagnóstico de la gota (NE 2b; GR B; GA 77%).

Consultar RS1.

La TAC permite una excelente visualización de los tofos. Los cristales de UMS tienen una densidad de entre 150-200 Unidades Hounsfield, lo que puede ser útil para el diagnóstico diferencial con otros nódulos subcutáneos (125).

La capacidad de estas técnicas para detectar erosiones es superior a la de la radiografía simple y la resonancia, siendo el mejor método de evaluación de las lesiones óseas. Se ha demostrado que existe una elevada correlación entre la presencia de erosiones y de tofos. De hecho, se encuentra tofo intraóseo hasta en el 81,8% de las articulaciones con erosiones óseas pequeñas y en el 100% de las de tamaño superior a 7,5 mm (125, 128).

Por otra parte, la TAC también es útil para dirigir la aspiración, detectar complicaciones de la enfermedad, o identificar tofos en localizaciones profundas no accesibles por otros procedimientos (129). Se ha desarrollado un sistema de puntuación de las lesiones óseas mediante TAC (130), aunque aún debe ser validado.

La TCED se está utilizando con elevados índices de sensibilidad, reproducibilidad y precisión diagnóstica. Este tipo de tomografía utiliza dos tubos de rayos X que funcionan simultáneamente, aunque con diferente kilovoltaje (80 y 140 kvp). El método se basa en el distinto comportamiento de la materia en función de diversos parámetros como la carga energética y la composición, lo que facilita el diagnóstico diferencial entre los depósitos de urato en las partes blandas y otro tipo de depósitos (cálcicos, distróficos) (131-133). El procesamiento posterior permite la reconstrucción volumétrica en 3D de los tofos e imágenes secuenciales codificadas en  color según los componentes de los nódulos (134).

Una de las limitaciones de la TAC es la exposición del paciente a las radiaciones ionizantes. En este sentido,  se están realizando estudios con dosis inferiores a 1 mSv, es decir, por debajo de la dosis máxima permitida en la población general para exposición a radiación de origen natural (132).