IX.B. VISIÓN DEL PACIENTE

El diagnóstico de gota no tiene por qué producir sentimientos negativos. Es una patología frecuente y no autoinfligida. El paciente necesita que en el momento del diagnóstico se le aporte información adecuada ya que, en general, el médico de AP comunica la sospecha del proceso y ofrece soluciones rápidas e inmediatas, pero no existe posibilidad de dedicar suficiente tiempo a explicaciones exhaustivas.

Aunque el MAP es el responsable del control de todos los procesos patológicos de un paciente, la realidad es que sólo puede resolver preguntas inmediatas y de carácter genérico sobre la mayoría de ellos, lo que sucede especialmente en el caso de la gota. Por consiguiente, la relación con el especialista se torna muy importante, ya que este profesional es el que puede suministrar información suficiente sobre la enfermedad, la frecuencia de las crisis y la forma de reconocerlas, la idoneidad de los diferentes tratamientos y los efectos secundarios y sus posibles alternativas.

Saber que la gota se produce por el depósito de cristales de ácido úrico, en relación fundamentalmente con los hábitos alimenticios o el uso de medicamentos como los diuréticos, facilita el afrontamiento adecuado del proceso y ofrece al paciente, y a los especialistas, la posibilidad de intentar buscar un equilibrio entre sus hábitos dietéticos y los fármacos que utiliza para el manejo de otros procesos, además de averiguar el tratamiento que mejor le va y que puede disminuir la probabilidad de aparición de crisis. Por consiguiente, es imprescindible que el paciente deposite su confianza en el especialista responsable de su tratamiento para poder cumplir sus indicaciones.