IX.A. VISIÓN DE LA ENFERMERÍA

La existencia de una clara relación entre dieta, hábitos de vida y aparición de hiperuricemia y gota es un hecho conocido desde hace mucho tiempo. Por lo tanto, y al igual que ocurre en otras patologías metabólicas, la promoción de hábitos de vida saludables adquiere una importancia capital en estos pacientes (323), máxime si se tiene en cuenta que es  una medida inocua y de bajo coste económico. Las opciones no farmacológicas pueden ser consideradas medidas terapéuticas en sí mismas o pueden asociarse a tratamiento farmacológico para conseguir  un mejor control de la enfermedad (149, 324).

Los programas de educación para el paciente (PEP) se definen como el conjunto de actividades estructuradas dirigidas a aumentar el nivel de conocimiento de los enfermos sobre una patología concreta y a cambiar comportamientos relacionados con su salud. Un programa de este tipo sólo se considera efectivo si es capaz de producir cambios dirigidos hacia la adopción de hábitos de vida saludables. No podemos olvidar que los pacientes, además de padecer gota, son personas con unas  circunstancias personales, familiares, y laborales concretas. Por consiguiente, para lograr los objetivos terapéuticos específicos, pactados previamente con ellos, y para poder realizar un diseño adecuado de las intervenciones del programa educativo, es de vital importancia efectuar una valoración integral u holística del paciente.

Recomendación 37: La enfermera de Reumatología puede impartir al paciente con gota un programa de educación específico, definido éste como un conjunto de actividades estructuradas orientadas a aumentar el nivel de conocimiento de los enfermos sobre la gota y a fomentar estilos de vida saludable (NE 5; GR D; GA93%)..

A pesar de reconocer los efectos beneficiosos demostrados de estas intervenciones, la experiencia confirma las dificultades que plantea poder vincular a un paciente a la adopción de hábitos de vida saludables. Aumentar el nivel de conocimientos del paciente en relación a su enfermedad no es difícil, sin embargo la modificación de comportamientos negativos o nocivos para la salud es un proceso mucho más complicado. Por consiguiente, uno de los objetivos fundamentales de los PEP es incrementar la autoeficacia, definida como la confianza que tiene una persona en lograr un determinado objetivo (325), de forma que los pacientes con elevados niveles de autoeficacia creen que pueden conseguir cambios positivos en su salud. Otro factor básico para la modificación de comportamientos, además de la autoeficacia, es la motivación. Algunos autores han publicado diferentes estrategias encaminadas a aumentar nuestra capacidad de motivar al paciente (326, 327).

Aunque la evidencia científica disponible es escasa, existe una percepción generalizada de que la educación para la salud dirigida al paciente con gota mejora las medidas de resultado  tanto de manera directa, en términos de mejoría de la autoeficacia percibida por el paciente, como de manera indirecta, mediante el aumento de la adherencia al tratamiento y mejor cumplimiento de hábitos de vida saludables (149).

Puesto que en una proporción importante de pacientes la hiperuricemia forma parte de un síndrome metabólico concomitante,  la presencia de gota debe  alertar sobre la asociación de otros factores de comorbilidad modificables (323), cuya  detección y tratamiento constituyen una parte fundamental del manejo terapéutico.