IV.B. HIPERURICEMIA

La hiperuricemia es una condición necesaria -aunque no suficiente- para la aparición de gota. Existen diferentes definiciones de hiperuricemia. En esta guía se define como la presencia de una concentración plasmática de urato superior a 7 mg/dL ya que, en condiciones fisiológicas, el umbral de saturación se sitúa en 6,8 mg/dL.

Algunos autores abogan por utilizar diferentes puntos de corte para ambos sexos en base a la distribución de los niveles séricos de ácido úrico en la población general, ya que tienden a ser menores en mujeres, especialmente pre-menopáusicas (7). No obstante, estos puntos de corte de base epidemiológica carecen de significado patogénico en cuanto a la formación de cristales de UMS.

Por otra parte, se ha definido la hiperuricemia asintomática como la presencia de concentraciones séricas elevadas de urato en ausencia de manifestaciones clínicas de inflamación articular. Sin embargo, los resultados de estudios realizados con ecografía y aspiración de líquido sinovial han demostrado que el depósito de cristales de UMS puede aparecer incluso antes que las manifestaciones clínicas (8 y  9). Por consiguiente, ante la presencia de depósitos demostrados por cualquier técnica con suficiente especificidad, debe considerarse el diagnóstico de gota en lo que podría denominarse su fase pre-clínica. A pesar de no haber desarrollado episodios clínicos de inflamación aguda, estos pacientes pueden presentar inflamación subclínica detectable por ecografía (10) .